Ella mira al Sol que no está.
Repliega las legañas de sus ojos
por debajo de los párpados trémulos.
Arremanga las coderas de su alma
disponiéndose a dormir.
No hay sueño, sólo sombras.
Ella se acurruca en el nido del ave ponedora.
dispuesta a morir:
ha convocado al Quinto demonio,
el que solo sabe obedecer,
el que fue entrenado para decir siempre
la verdad;
ha borrado el signo de triángulos y estrellas
que dibujó en la arena; ha apagado todas las velas...
Ya puede morir en
paz: la Oscuridad ya le amuebló su nuevo
apartamento.
Ella sonríe, ya sin fuerzas: es solo ya
nácar que nunca trocará perla.
Ella, por fin, duerme.
Él ya se fue.
AnRos
Ok, que Dios escuché tu plegaria, gracias.
A mí me gusta ser yo así, y que nadie me entienda, mi me considere, ni me valore, ni me lea... Nací para ser solo sombra.