Vista general: maquinaria
Tiene este mísero comentarista la peregrina teoría de las “singularidades superpuestas”, por ejemplo, si un individuo es un crack encestando, seguramente tenga la habilidad de cocinar unos raviolis estupendos o ¡qué sé yo!, cantar maravillosamente.
Pues algo parecido sucede con los lugares, y así, tenemos que el pueblo burgalés de Modúbar de la Emparedada, que ya lleva lo suyo en el nombre, añade que el gentilicio popular de los lugareños es “ahorcacristos”, que ya despierta un interés entre simpático y temible. Pues para redondear, en tan curioso lugar se encuentra el MUMO de evidentes y oportunistas resonancias neoyorquinas, aunque solo sea el sencillo acrónimo de Museo Modbar.
Este MUMO es espectacular, el apasionado proyecto de vida de dos hermanos, Carlos y Carmelo Alonso Maté, que con el subtítulo de “El hombre y la recolección” han reunido, catalogado, y explicado casi mil metros cuadrados de artificios destinados a la recolección y, por lo tanto, a la vida, desde la Prehistoria hasta nuestros días. No te confundas, no es un acúmulo de cacharros rurales y viejos, de carros y aperos (Foto 2) que solo interesan a personas mayores del entorno agrario. Es mucho más: es la evidencia de la evolución humana a través del ingenio. Porque como ya he dicho, la muestra se subtitula “El hombre y la recolección”, como primera parte de una propuesta súper ambiciosa de título El hombre y los ingenios.
La amabilidad y la destreza de estos hermanos, que juegan a darse la réplica en un recorrido guiado es otro asunto verdaderamente impagable, vale mucho la pena concertar una visita con ellos, pero por si te quedaba aún la sensación de algo rústico o muy campesino, nada de eso, el museo está videovigilado y permite el acceso en soledad mediante el código que se facilita en reservas online.
Lo dicho, un espacio muy singular, muy educativo y muy entrañable y, por si fuera poco, uno de los hermanos versifica razonablemente bien.
(Contacto: artesania@sistrans.com – Tel.: 625 09 08 52)
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