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Canciones de la mar

Mar y tierra de Bermeo
Fotografía tomada por Neila Rodríguez en Bermeo, Vizcaya

Un lucero que ilumina la noche como estrella.

Cubos creados artificialmente que delimitan lo inmenso.

Espuma de historia, de reflejos de sal.


Una Virgen de piedra que ilumina al marinero,

le desea suerte en su pasado de ballenero;

reza por él, por su vida y por su alma;

por los corazones inquietos que esperan en su casa.


Ojos tililan en las costas

con un pestañeo que oscurece

la cicatriz marina y terrestre.

Dibujan una línea de mudo arcoíris

que delinea un mapa de fronteras que no existen

donde lo que hoy es tierra y mar

mañana puede ser mar y pasado, tierra.


Los mapas describen al mundo lo que es el mundo,

pintado por el mundo; ¿será la realidad?,

¿y la realidad, la verdad?

Porque nuestros ojos no llegan tan lejos,

a veces no ven lo visible

y creen conocer lo que no se ve.


Un segundo es el viento, un segundo es el mar.

Sentada en la arena de noche

mirando hacia el infinito desconocido,

atenta al ruido de las olas verdiazules;

reflejos espumosos del farol solitario.


Cierro los ojos y escucho

las canciones nocturnas de la mar.


NeiRma


2 Comments


Guest
hace 5 días

Cierra los ojos sí, y déjate mecer por ese mar que encierra en su seno todas las olas por inventarse todavía....


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Guest
Jun 09

Un poema triste y esperanzador a la vez. Hay en él nostalgia, deseo y un poco de frustración también: el mar nos lo da todo, todo lo posee y lo promete; todo nos lo niega también.

Triste, bonito y real.

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