¿Qué busca ese pájaro lindo
Bajo la hierba?
Tiene el pico de oro,
Alas de plata,
Y el cuerpo azabache-azul grafito.
Hoy me ha sobrevolado dos veces,
Lo he visto y me ha mirado...
¿Tendré que creer en Dios?
Ya no estás, pájaro azul...
Ah, ya vuelves, pájaro lindo,
Que vas y vienes, que juegas conmigo
Como el mar, que levanta las olas...
Ya no hay mar:
Se marchó como esa fuerza pura
Que sabe
Que siempre estará...
Vale: ya estamos solos,
Pájaro bello; ya nos miramos,
Ya somos solos
El corazón y el mar.
¿Me cortejas, pájaro amigo?
¿Te has enamorado de mí?
Oh, pájaro pinto:
Tú, mi Romeo;
Yo, tu Julieta
Asomada siempre a ese balcón
Eterno
Que pende del tiempo
Siempre.
AnRos
La imagen de un hermoso pájaro que va y viene es tan fascinante como el ir y venir de las olas del mar. Es un estar y no estar que nos suspende el ánimo, que paraliza el tiempo, o que lo cuenta y lo canta. Las múltiples referencias intertextuales - Bécquer, Machado, Rubén Darío - dirigen la recepción lectora en múltiples direcciones. Las habituales interrogaciones retóricas alejan al lector de cualquier certeza. La soledad y el tiempo imponen su presencia a la belleza y al amor.
Una mirla no se calla, y es más hermosa. Un mirlo es macho, más feo, pues... ¿Quién protagoniza este hermoso poema?