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Exilio

Cuando te quedas en silencio,

esas palabras tuyas que no pronuncias,

prenden en llamas dentro de mí,

solas,

y se consumen feroces

para confirmar nuestro destierro.


Cubiertas de polvo,

olvidadas,

en las estanterías de esta habitación,

tu voz y la mía nos observan impasibles,

perdidas entre mis libros y los tuyos.


Yo no soy capaz de anunciarte

que perdimos la facultad de hablar:

sería reconocer con crueldad

que dejamos de escucharnos,

que fracasamos,

que esta distancia es la de dos extraños,

que puede que estemos muertos,

que tu silencio,

que tanto me aturde,

quizá se originase en mi pecho,

y que ni tú ni yo somos culpables

ni merecemos pagar por ello.


Está bien quedarse en silencio,

aunque algo se muera dentro:

así no nos hacemos daño,

y podemos permanecer enteros,

uno al lado del otro,

solos,

cada uno en su exilio,

compartiendo

el terreno de los libros,

los lugares del recuerdo.


Un poema escrito por Juan José Santiago Ramírez
Vacío. Fuente: Fotografía tomada por Juan José Santiago Ramírez

Juan José Santiago Ramírez



4 comentarios


Invitado
13 may

Un honor poder colaborar con vosotros. ¡Gracias por publicar mi trabajo!

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Invitado
12 may

Sí, cuando todo se tuerce, solo queda celebrar el silencio.

Tranquilo, amigo, tu espera tendrá recompensa.


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Invitado
12 may

La delicadeza de las ruinas. Una belleza.

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Invitado
12 may

👏👏👏👏👏👏

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