
Sombras y luces; reflejos de otras luces que ensombrecen cristales pálidos, congelados, que transmiten el escalofrío de los péndulos de hielo. Copos tremendos que se ciernen sobre un suelo helado. Copos de sorpresa en las miradas ajenas de todos aquellos que no creen, que no imaginan, que ven la primera nevada de la casi primavera, que ven una nevada ausente del invierno como pieza descolocada en el puzzle de las estaciones.
Un carámbano de hielo
se sostiene sobre el aire.
La tarde se puso pálida
como una leve caricia.
NeiRma
La nieve no es la misma cuando cae a destiempo: sorprende más, pero dura menos.
Las caricias tampoco son las mismas cuando se esperan que cuando surgen de un gesto perplejo o inesperado.
Nieve y caricia, frío y calor, sorpresa y rutina: la vida.
La nieve tardía nos ha sorprendido a todos pensando ya en la primavera. Los copos, enormes, cayeron sobre un pequeño y persistente granizo. Las huellas en la plaza desierta y helada dan frío, y hacen que el lector se refugie al calorcito del salón intuido, busque una caricia, se reconforte con un buen texto poético.