Me pides una gasa para una herida:
Te la doy.
Me pides agua oxigenada para...
Te la doy.
Me pides un mundo de hace 20 años:
Lo busco.
Me pides unas zapatillas nuevas
que no dañen tus pies:
Las compro.
Me pides que el infinito sea un cero:
Lo dibujo para ti.
Me pides una sonrisa porque quieres ver
El sol:
Te la pinto en mis labios,
Adornada de cascabeles.
Me pides un mapamundi nuevo
Donde tú sentirte cómodo:
Te lo dibujo, atragantada.
Me pides un mundo mejor,
Una caja precintada por estrellas.
Una muerte que no duela,
Un huevo huérfano de gallina,
Una mirada abierta a tu mundo cerrado,
Un latido en la tierra que no se sienta...
Eso, ya, no te lo puedo dar.

AnRos
Hasta el amor encuentra sus límites. En ese presente atemporal que se repite día tras día - yo te doy, yo busco, yo compro - uno rellena los huecos del otro. Es una relación asimétrica o, quizás, especular. Lo positivo (el pasado, lo concreto, la luz) compensa lo negativo (las heridas, la oscuridad, la imagen del mundo), pero el amor no lo puede todo. La lógica de la vida, el carácter, las tinieblas del corazón: cosas que no se tienen, que no se dibujan, que no se compran. Un hermoso diálogo entre el tú y el yo entreverado de cotidianeidad y nostalgia.