La tierra soriana es tan inmensa como la osadía valiente de su belleza. Extensos horizontes verdes con rudos pinares y delicadas cortezas, ramas y hojas. Colores puros, intensos, que recuerdan a tantos momentos vívidos en la inteligente brisa de los recuerdos imposibles. Distintas estructuras de colores, de texturas infinitas sobre la Madre Tierra del mundo y de la montaña, cuyas cimas son hermosos respaldos de suspiros eternos e inalcanzables olvidos. Flores reales sobre un lecho verídico de imaginación creíble. Parajes de ensueño, de lunas y lluvias inesperadas posadas en el futuro nacimiento de sus deseadas copas en naturaleza figuradas.
NeiRma
Tenemos otoño, tenemos montañas, y olvidos y recuerdos, y pasados que se nos hacen lunas llenas de septiembre en la sierra de pinares... Bonito.