TRISTONANCIA
- Alberto Jáimez Ortega
- 5 may
- 1 Min. de lectura
hay tanta tristumbre en tu boca
que mis huesos tristes frente a tu espejo
quieren contigo la noche toda
fundirse rendidos a tu cuerpo
tres días sin las campanas a muerto
ardiendo tristáneo en ceniza y barro
no quiero así quemarme entero
sin embargo
solo soy una llama en tu fuego
tengo fe al aire puro del pasado
a la imagen que de ti me he hecho
a esta tristonancia a la que estoy clavado
en melancolía y desasosiego
esta noche tu rostro es mi palabra
la triste lluvia tu mirada
esta noche trísteme calor con el que me amas
Alberto Jáimez Ortega (Instagram: @albertoportugalete)
Resuena César Vallejo en este poema, en el que los acertados neologismos transmiten certeramente una compacta melancolía. El amante se hunde esta noche en el infierno de la soledad y solo el cuerpo ardiente de la amada puede ser aire puro y lluvia vivificante. El poema es una canción desesperada: solo la fe en un amor resucitado que haga presente el pasado enmudece todavía las campanas. Yo, esta noche y el recuerdo de ella.
Tris-tras; tris-tros, sea. Perfecto.